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jueves, 12 de diciembre de 2013

Una tarde en el Museo Massó

Gusten o no los museos, casi podemos asegurar que la visita al Museo Massó no dejará indiferente a ningún visitante, si vives en Galicia o estás de paso, te aconsejamos que al menos le dediques un par de horas a recorrer el lugar, ya que mucho tiene que enseñar sobre el desarrollo económico de esta precisa zona de nuestra región, lo que ayudará a que te hagas una idea de la importancia que tuvo la industria creada alrededor del pescado y también de los importantes pasos que se dieron en este sector con respecto al diseño gráfico.

El nombre de la familia Massó quedará siempre vinculado al desarrollo de esta industria. Llegaron como muchos otros a Galicia desde Cataluña en el siglo XIX,  para instalar en la costa gallega fábricas de salazón de pescado. Bueu fue uno de los lugares elegidos para la construcción de su primera fábrica de salazón alrededor de 1816, fábrica que en unos años se transformó en conservera, para ello contaron con la ayuda de socios franceses, lo que resulto en parte un lastre para la formación de un mercado propio en el extranjero, a pesar de que la materia prima y transformación de la misma correspondía a los gallegos.


El paso en los años 80 de la salazón a la conserva, fue un hito importante y significó la contratación de mayor número de personas, sobre todo de mano de obra femenina. La empresa empezó a comercializar sus conservas de varias categorías a EEUU, Chile, Argentina, Francia, Holanda y Bélgica y su hojalata empezó a ser litografíada.



En Cangas se crea la fábrica más tarde, en 1941, un importante complejo que incluía hotel, guardería, economato, además de una factoría ballenera. Las mujeres se dedicaban a la limpieza y procesado del pescado, tarea que continúan haciendo hoy en día, bien porque siempre se habían dedicado a ello, o según dicen, por su habilidad y destreza para estas labores. No olvidemos que resultaba mano de obra dócil y barata, lo cual bajaba los precios de producción. Los hombres sin embargo, eran casi los únicos que podían presumir de contratos permanentes, trabajando como capataces y maestros con sueldos fijos

A partir de los años 70 las restricciones internas de sindicatos, endeudamientos, las revisiones salariales al alza, la crisis del aceite de colza, la entrada en la CEE y su apertura a la exportación, etc, afectaron al sector conservero español, por lo que la conserva empezó a perder cuota de mercado. Los años 90 suponen el cierre de las fábricas de Bueu y Cangas, lo que tuvo consecuencias nefastas para la economía local, aumentando tasa de desempleo femenino, redundando en el nivel de vida de muchas familias.

Los hermanos Massó destacaron por su proeza empresarial y sus inquietudes culturales, recopilaron multitud de información sobre Bueu, sus embarcaciones tradicionales y la industria conservera y ballenera, colaborando en la instalación de salas navales en el museo de Pontevedra. En definitiva, recopilaron tanta información valiosa que por ello existe hoy el museo que lleva su nombre en Bueu. 

Hoy hemos leido la noticia de que se están instalando en el exterior del museo una serie de rótulos y paneles iluminados con el fin de hacerlo más llamativo, para poder así captar la atención de un mayor número de visitantes. Esperamos que así sea y haremos todo lo posible por incluir esta parada en nuestras rutas de interés.

En nuestras casas de madera ofrecemos amplia información sobre la exacta ubicación e información sobre este museo, pincha aquí Cobres Rural para ver nuestras ofertas.






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